Llego la primavera, la dulzura del angel. No adivinas acaso por que de embriaguez hiervo! Dulce angel de mi cuna, angel de mi abuelita, No adivinas acaso que me transIormo en ave que mi lira palpita y que mis alas baten como una golondrina?
Oh, el aura quintaesenciada! Oh, quinta esencia del amor! Por el rocio enjugada, 39 Estos versos aparecen tras la indicacion 12 de mavo Lo he titulado: La brisa.
Existe una interpretacion procaz de estos versos: el aura no seria sino el pene adormecido del nio i. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 18 que bien me huele en el albor! Jesus, Jose, Jesus, Maria. Es como el ala de un halcon que invade, duerme y apacigua al que se duerme en oracion Sus cabezas se inclinan, llenas aun de sueos bajo al blanco dosel que tiembla, al ser alzado. En la calle, los pajaros, se apian, Irioleros: bajo el gris de los cielos, sus alas se entumecen; 41 El texto en prosa continua de la manera siguiente: El Iinal es demasiado intimo y dulce: lo conservo en el tabernaculo de mi alma.
Un trayecto Iulgurante que impresiona aun mas que el salto posterior al poema en prosa. El Poeta tiene cuando los compone dieciseis o diecisie- te aos. En este transito podemos recorrer toda la poesia Irancesa del siglo XIX, desde el ro- manticismo social a lo Victor Hugo al simbolismo presurrealista.
La notas que acompaan estos poemas intentan poner de maniIiesto este recorrido, a la par que se van haciendo las indi- caciones oportunas, para que se pueda tomar conciencia de los modelos imitados y abandonados a lo largo de dos aos escasos. Un ambiente que Rimbaud hereda de Victor Hugo, de Lamartine y de Francois Coppee , autor de Los humilde , v que comparte con algunos miembros de su generacion, algo mas viejos que el; Jean Richepin, en particular , autor de La cancion de los pordioseros.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 19 y envuelto en su cortejo de bruma, el Ao Nuevo, arrastrando los pliegues de su manto de nieves, sonrie entre sollozos, y canta estremecido II Mientras tanto, los nios, bajo el dosel Ilotante, hablan bajito como en las noches oscuras. Escuchan, a lo lejos, algo como un murmullo Pero el cuarto esta helado Sentimos que algo Ialta, en la casa, en los nios Ya no existe una madre para estos pequeos, una madre con risa Iresca y mirada airosa?
Se ha olvidado, de noche, sola y casi dormida de encender esa llama que la ceniza esconde, de echar sobre sus cuerpos el plumon y la lana 44 , pidiendoles perdon, antes de abandonarlos? No ha previsto que el Irio hiere la madrugada, que el cierzo del invierno acecha en el umbral?
La esperanza materna, es la calida alIombra, es el nido 45 mullido, en el que los chiquillos, cual pajaros hermosos que acunan el Iollaje duermen, acurrucados, sus dulces sueos blancos! Pero este es como un nido, sin plumas, sin tibieza, en el que los pequeos tienen Irio y no duermen, miedosos, solo un nido que el cierzo ha congelado III 44 Tendencia a emplear los terminos concretos, aqui las materias naturales de las que estan hechas las mantas, que Rimbaud sentira a lo largo de toda su carrera poetica.
ReIugio, ensoacion de la vuelta la hogar, al pueblo Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 20 Ya lo habeis comprendido: es que no tienen madre 46 Sin madre esta el hogar! Una vieja criada se esta ocupando de ellos; y en la casona helada, los nios estan solos.
HuerIanos de cuatro aos Maana deslumbrante, maana de aguinaldos! Se despertaban pronto y, alegres, se marchaban, con los labios golosos, Irotandose los parpados, y el pelo alborotado en tomo a la cabeza, con los ojos brillantes de los dias Iestivos, rozando con las plantas desnudas la tarima, a la alcoba paterna: llamaban despacito IV Tenian tanto encanto las palabras ya dichas!
Pero como ha cambiado la casa de otros tiempos 48 : El Iuego chispeaba, claro, en la chimenea, alumbrando a raudales el viejo cuarto oscuro; y los rojos reIlejos lanzados por las llamas jugaban en rodales por los muebles lacados A veces son el simple indicativo de un cambio tematico en el poema; otras, las mas, estan marcando la estructura dialogica dialogos de las plurales voces del yo que orga- niza la mayoria de estos poemas.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 21 Cerrado y sin su llave estaba el gran armario! Muchas veces, miraban la puerta parda y negra La alcoba de los padres, hoy esta tan vacia: ningun rojo reIlejo brilla bajo la puerta; ya no hay padres, ni Iuego, ni llaves sustraidas; asi pues, ya no hay besos ni agradables sorpresas! Que triste les va a ser el dia de Ao Nuevo. Y, absortos, mientras cae del azul de sus ojos, lentamente, en silencio, una lagrima amarga, murmuran: Cuando, ay!
Ahora, los pequeos duermen tan tristemente que al verlos pensariais que lloran mientras duermen, con los ojos hinchados y el soplo jadeante. Los nios pequeitos son seres tan sensibles! Pero el angel que vela junto a las cunas llega para secar sus ojos, y de esta pesadilla nace un alegre sueo, un sueo tan alegre que sus labios cerrados piensan, al sonreir Y suean que, apoyados en sus brazos llenitos, igual que al despertarse, adelantan su cara mirando en derredor con mirar distraido, creyendose dormidos en paraisos rosas.
Canta en la chimenea alegremente el Iuego Alianza pues, aqui, de dos com- ponentes basicos de la Ielicidad sensorial rimbaldiana: la tibieza y el color rojizo de la materia.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 22 los vestidos oscuros ya no cubren en el suelo, el cierzo ya no grita, dormido en el umbral Diriase que un hada ha invadido las cosas! Los nios han gritado, alegres Asentada en mi sillon, desnuda, junto las manos.
Y en el suelo, trepidaban, 51 El poema, romantico en toda su extension, acaba condensado en este gesto pamasiano: un cama- Ieo, blanco, negro y dorado, sintetiza con sus destellos todo el poema. Por otro lado, la anota- cion Iinal va al encuentro de un nuevo poema de V. Hugo, A una madre. Manuscrito que siguen habitualmente los editores del poeta para los poemas de El texto tuvo tres titulos sucesivamente: Comedia en tres besos, Tres besos v, Iinalmente, Primera velada, segun hemos traducido Pemiere soiree.
En este poema nos encontramos a un Rimbaud que, magniIico poeta, no es, sin embargo, un malabarista del verso, como los parnaslanos que en estos momentos ad- miraba: sus rimas son pobres, algunas nacen de dialogos Iorzados, y no Ialtan los ripios. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 23 de gusto, sus pies, tan parvos. Vi como, color de cera, un rayo con luz de Ironda 53 revolaba por su risa y su pecho en la Ilor, mosca 54 , Bese sus Iinos tobillos.
Y estallo en risa, tan suave, risa hermosa de cristal. Bajo el camison, sus pies Basta, basta! La risa, Ialso castigo del primer atrevimiento! Tremulos, pobres, sus ojos mis labios besaron, suaves: Echo, cursi, su cabeza hacia atras: Mejor, si cabe!
Caballero, dos palabras Se trago lo que Ialtaba con un beso que le hizo reirse Desnuda, casi desnuda; y los arboles cotillas a la ventana asomaban, picaros, su Ironda picara. En Irances, la expresion hacer novillos tiene su equivalente en Iaire l'ecole buissonniere: ir a la escuela de los matorrales. Sin hablar, sin pensar, ire por los senderos: pero el 56 amor sin limites me crecera en el alma. Me ire lejos, dichoso, como con una chica, por los campos 57 , tan lejos como el gitano vaga.
Marzo de 55 Poema que inicia el mundo de las correrias campestres de Rimbaud: hierba, Irescor que inunda el cuerpo, errancia, sensacion de libertad y conIuso deseo amoroso son constantes de la ensoa- cion beneIica que su poesia no olvidara nunca, ni siquiera en las Iluminaciones.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 25 4 EL HERRERO 58 Palacio de las Tullerias, hacia el 10 de agosto del 92 59 Con el brazo en la maza gigantesca, terrible de embriaguez y grandeza, Irente ancha, boca enorme abierta, cual clarin de bronce 60 por la risa, con su hosca mirada, sujetando a ese gordo, al pobre Luis, un dia, le decia el Herrero que el Pueblo estaba ahi, girando en rededor, y arrastrando su ropa sucia por las paredes doradas.
Y el buen rey, de pie sobre su tripa, palidecio, cual reo que llevan a la horca; mas, como can sumiso, el rey no protestaba, pues el hampon de Iragua, el de los anchos hombros, contaba viejos hechos y cosas tan extraas que Iruncia la Irente, herida de dolor. Hugo y G. Es, sin lugar a dudas, este conjunto de elementos lo que le permi- ten a Rimbaud hacer de el un simbolo de la rebelion del pueblo en cierto modo luciIerina contra el poder.
Nunca podria hacer alusion a , como aparece en algunas ediciones espaolas. El palacio de Las Tullerias a espaldas del Louvre, que permanecio intacto durante la primera revolucion, Iue destruido durante los disturbios de la Comuna. La escena que se nos cuenta solo puede ser situada en este palacio de manera alegorica: mediante la Iusion de Iechas a la que antes aludiamos. Hugo, de manera sistematica, para reIerirse al pensamiento progresista: Sonad, sonad, perennes, clarines del espiritu.
La volveremos a encontrar en Rimbaud en otras ocasiones. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 26 Pues sepa usted, Mi Sire, cantando el tralala llevabamos los bueyes a los surcos ajenos: el Canonigo, al sol, tejia padres nuestros por rosarios granados con claras perlas de oro 61 , el Seor, a caballo, tocando el oliIante, pasaba; con garrote, el primero, con latigo, el otro, nos zurraban. Como estupidos ojos de vaca, nuestros ojos ya no lloraban; ibamos No me quejo, que va! Te digo mis manias, en privado.
Y admito que tu me contradigas. Acaso no es hermoso ver en el mes de junio como entran en la granja los carros llenos de heno, enormes, y en los huertos oler, cuando llovizna, todo cuanto germina por la hierba rojiza 62 ; ver en sazon la espiga de los trigos granados, , y pensar que un buen pan se anuncia en los trigales? Aun hay mas: iriamos a la Iragua encendida, cantando alegremente al ritmo de los yunques, si al menos nos dejaran coger unas migajas, hombres, al Iin y al cabo, de cuanto Dios oIrece!
Y siempre se repite la misma y vieja historia! Pero ahora ya se: y no puedo admitir, teniendo dos manazas, mi Irente y mi martillo, que alguien pueda llegar, con el pual en ristre, para decirme: Mozo, siembra mis sembradios, y que en tiempo de guerra vengan para llevarse mi hijo de su casa, como algo natural! Verlaine tambien la caliIica asi. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 27 Yo podre ser un hombre; tu podras ser el rey, y decirme: Lo quiero!
Te das cuenta, es estupido. Crees que me entusiasma ver tu esplendida choza, tus soldados dorados, miles de maleantes, tus bastardos de dios 63 , como pavos reales: han vertido en tu nido el olor de las mozas y edictos condenandonos a vivir en Bastillas 64 ; gritaremos: Muy bien: de rodillas, los pobres! Doraremos tu Louvre 65 dandote nuestros reales! Mientras rien los Amos pisando nuestras Irentes. Pues no; tales guarradas son de epocas preteritas!
El pueblo ya no es una puta. Tres pasos dimos y hemos dejado la Bastilla en aicos. Esta bestia sudaba sangre por cada piedra; daba asco ver aun alzada la Bastilla, con sus muros leprosos, contando lo ocurrido y encerrandonos siempre en su prision de sombra. Algo como el amor el corazon henchia al tener nuestros hijos contra el pecho, abrazados. Y, como los caballos de ollares turbulentos, ibamos, bravos, Iuertes, y nos latia aqui Ibamos bajo el sol, asi 68 , la Irente alzada, 63 El texto del poeta caliIica a los soldados reales de palsembleu btards bastardos de rediez, o algo asi , siendo la expresion palsembleu, una posible deIormacion euIemistica de porsandios, analoga de parbleu, en vez de par Dieu.
Una posible traduccion mas espaola hubiera sido, sin lugar a dudas, tus fodios bastardos, pero perderiamos la resonancia blasIema que hay en todas estas expresiones Irancesas.
Se inicia asi esa Iusion permanente en la conciencia de Rimbaud entre la Gran Revolucion y cualquier tipo de revolucion en especial, la que le toco vivir, la de la Comuna. El ritmo epico recupera la Iuncion oral de a la poesia, y el gesto violento del poeta recitador sustituye al sustantivo.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 28 por Paris. Se paraban ante nuestros harapos. Por Iin! Eramos Hombres! Desde aquel dia heroico, andamos como locos! Oleadas de obreros 70 han tomado la calle y, malditos, caminan, muchedumbre que espectros sombrios acrecienta, hacia el hogar del rico: yo corro junto a ellos a matar al chivato: corro, por Paris, negro, con el martillo al hombro, hosco, por los rincones, liquidando truhanes Si te ries de mi, soy capaz de matarte!
Puedes contar con ello, no repares en gastos junto a tus hombres negros, que aceptan nuestras quejas 71 y se las van pasando, como sobre raquetas, mientras dicen, bajito, los muy golIos! Hugo y en Michelet. Pero, posible alusion tambien a los cahiers de doleances en los que estaban consignadas las quejas y peticiones de los diputados de los Estados Generales de De ahi, la posterior alu- sion a nuestros representantes.
La taille era un impuesto directo, en vigor hasta la Revolucion de , pero es tambien la dimen- sion del cuerpo, la talla. El verbo tailler, por su lado, signiIica cortar. El tailleures el que corta los trajes.
A nuestra manera, hemos intentado recrear el juego de palabras del poeta: un nuevo impuesto les sirve a ellos para sacar buenos beneIicios, mientras se rien de sus representados o Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 29 antes de taponarse la nariz si pasamos.
Nuestros representantes piensan que somos mugre! Para quien solo teme las bayonetas, basta Abajo sus petacas atestadas de argucias! Estamos hasta el gorro de estas seseras planas, y de estos gilipollas!
Lo agarra por el brazo, arranca el terciopelo de las cortinas: Mira! En los inmensos patios la muchedumbre hierve igual que un hormiguero, la muchedumbre aciaga con su Iragor de ola, ululando cual perra, bramando como un mar, con sus broncos garrotes, con sus picas de hierro, sus tambores, sus gritos de mercado y pocilga; monton negro de andrajos que gorros rojos tien El Hombre se lo muestra por la ventana abierta al rey que suda, palido, y que se tambalea, enIermo, al contemplarlo!
Es la Crapula, Sire. Babea por los muros, crece, se agita, inmensa: Pero, al no comer, son, Sire, los miserables! Yo soy un simple herrero: mi mujer va con ellos, loca! Nos echa el panadero de la tienda, por pobres. Tengo tres hijos. Soy crapula. Y conozco viejas que van llorando bajo sus viejas coIias porque alguien les quito su muchacho o su chica: Es la crapula.
Uno residio en la Bastilla, de los contribuyentes. La expresion Ventres-dieux vientres de dio- ses es de nuevo blasIema y arrabalera. Jean Richepin esta escribiendo en estos momentos La Chanson degueux, heren- cias del socialismo de los miseriosos que sacralizara V.
Hugo con Los Miserables. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 30 otro era un presidiario: los dos son ciudadanos honrados. Y aunque libres los tratan como a perros: los insultan! Y sienten como les duele ahi, algo.
No pasa nada! Pero es triste; y al verse rota el alma, y al verse por siempre condenados, estan aqui, ahora, gritandote a la cara! Tambien hay, dentro, chicas, sin honra porque vos lo sabeis, que la mujer es debil Seores de la corte y que siempre consiente 76 les habeis escupido en el alma, por nada. Ahora estan ahi, las que amasteis. La crapula. Todos los Desgraciados, cuyas espaldas arden bajo un sol inclemente, avanzando, avanzando, sintiendo que el trabajo les revienta la Irente; descubrios, burgueses, estos si son los Hombres!
Somos Obreros, Sire, Obreros, preparados para la nueva era que pretende saber: el Hombre Iorjara del alba hasta la noche, cazador de los grandes eIectos y sus causas, tranquilo vencedor domeara las cosas hasta montar al Todo cual si Iuera un corcel! Esplendido Iulgor de las Iraguas! No existe ya el mal! Lo que ignoramos, tal vez sea terrible: lo sabremos! Empuando el martillo, cribemos todo cuanto aprendimos: luego, Hermano, adelante! A veces tengo un sueo enorme y conmovido: vivo con sencillez, ardientemente 78 , nada 76 Observemos como Rimbaud entreteje en la misma estructura sintactica dos niveles tematicos complementarios, pero muy bien diIerenciados: lo que hacen los nobles con las mujeres y la condicion psicologica de las mujeres.
La Iragua es el crisol de la inteligencia y la ciencia modernas. Recuperacion, sin duda, de las IilosoIias del socialismo mistico y, posiblemente, de una cierta conciencia Irancmasona, Irente a la religion catolica y su etica del pecado: un buen ejemplo del resultado de las lecturas caoticas y Iebriles del adolescente Rimbaud.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 31 malo sale de mi, bajo la amplia sonrisa de una mujer que amo, con noble amor trabajo; y asi trabajariamos, uIanos, todo el dia, escuchando el deber cual clarin clamoroso!
Que Ielices seriamos! Y nadie, nadie digo, vendria a doblegarnos; no, sobre todo, nadie! Tengo el Iusil colgado sobre la chimenea El aire esta preado de un aroma de guerra. Pero que te decia? Que soy chusma; vale. Y quedan todavia soplones y logreros. Nosotros somos libres y suIrimos visiones donde nos vemos grandes; grandes! Ahora mismo, no hablaba del deber tranquilo, de una casa?
Contempla, pues, el cielo! Lo encontramos pequeo: palmarla 80 de rodillas y con tanto calor! Yo me voy con mi gente, con esta chusma enorme y horrisona que arrastra, tus caones decrepitos por el sucio empedrado.
Cuando nos maten, Sire, los habremos lavado. Y si al vemos gritar, si ante nuestra venganza, las patas de los reyes viejos y pavonados lanzan sus regimientos, de gala, contra Francia, alli estareis vosotros. Pues, a la mierda, perros! Volvio a echar su martillo al hombro.
El gentio junto a este gigante se sentia embriagado, 78 Para un ser que vive bafo el signo del fuego que mejor simbolo que el del herrero, para identiIi- carse con el! Auna la dimension ignea que abrasa y puriIica con la dimension rebelde de los descendientes miticos de Cain. Lo psicosensorial encuentra su espacio en el mito y en la tradicion de la poesia romantica Gerard de Nerval, en especial. Por otro lado, para el alquimista de la sustancia, el herrero es tambien el mago de las mutaciones Iormales; siempre gracias al Iuego.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 32 y, por el patio inmenso, por los apartamentos, donde Paris jadeante ululaba Ieroz, un temblor sacudio la muchedumbre inmensa. Entonces, con su mano, coronada de mugre 81 , aunque el panzudo rey sudaba, el Herrero, terrible, el gorro rojo, a la cara le arroja.
Todo crece, pujante. Oh Venus, oh diosa! Aoro aquellos dias, cuando el mundo era joven, con satiros lascivos, con silvaticos Iaunos 83 , con dioses que mordian, en amor, la enramada, besando entre ninIeas a la NinIa dorada. Aoro aquellos dias, cuando la savia cosmica, 81 Esta alianza de elementos antagonicos que no llegan a ser oximoros es una de las caracteristi- cas mas sorprendentes de la palabra rimbaldiana.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 33 el agua de los rios y la sangre rosada de los arboles verdes, en las venas de Pan encerraba tremante un mundo, y que la tierra, bajo su pie de cabra, lozana palpitaba; cuando, al besar, suave, su labio la siringa, tocaba bajo el cielo el gran himno de amor; cuando en medio del campo, oia, en tomo a el, la respuesta, a su voz, de la Naturaleza; cuando el arbol callado que acuna el son del ave, y la tierra que acuna al hombre, y el Oceano azul, inmensamente, y todo lo creado, animales y plantas, amaba, amaba en Dios.
Aoro aquellos dias de Cibeles, la grande, que recorria, cuentan, enormemente 84 bella, en su carro de bronce, ciudades deslumbrantes: sus senos derramaban, gemelos, por doquier el arroyo purisimo de la vida inIinita; y el hombre succionaba, dichoso, la ubre santa, como un nio pequeo que juega en su regazo.
Y el Hombre, por ser Iuerte, era casto y aIable. Por desgracia, ahora dice: ya se todas las cosas; y va, avanzando a ciegas, sin oir, sin mirar. Asi pues, ya no hay dioses! Ya solo el Hombre es Rey, solo el Dios!
Pero Amor es la unica Fe Ahora bien, Iue Venus Anadiomena que Rimbaud cono- ce bien, como veremos la que salio del mar, y no Venus Astarte; error debido, tal vez, a que se acuerda de un verso de Musset.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 34 del mar, caliz de carne que la ola perIuma, mostro su ombligo rosa, donde la espuma nieva, e hizo cantar, Diosa de ojos negros triunIales, el roncal en el bosque y en el pecho el amor! II Creo en ti, creo en ti! Divinidad materna, AIrodita marina! Pues, el camino es aspero desde que el otro Dios nos uncio a su cruz 87 ; Came, Flor, Marmol, Venus 88 , es en ti en quien creo!
El Hombre es triste y Ieo, triste bajo los cielos; y ahora anda vestido, ahora que no es casto, pues ensucio su busto orgulloso de dios y se ha ido encogiendo, cual idolo en la hoguera, al dar su cuerpo olimpico a sucias servidumbres; incluso, tras la muerte, quiere vivir, burlando con palido esqueleto su belleza primera. Y el idolo al que diste tanta virginidad, alzando a lo divino nuestra arcilla, la Hembra, con vistas a que el Hombre alumbrara su alma, subiendo lentamente, en un amor inmenso, de la carcel terrestre al dia, en su belleza, la Hembra, ya ni sabe ser simple cortesana!
Que broma tan pesada! El paganismo se presenta, entonces, con su esencia primaria y natu- ralista, como el reducto del vigor y de una pureza no mancillada por la mansedumbre. Oposi- cion que Ya encontramos en la poesia de Nerval y que heredo el Parnaso. El Hombre esta acabado, se acabo su teatro! Y un dia, a plena luz, harto de romper idolos, libre renacera, libre de tantos dioses, buceando en los cielos, pues pertenece al cielo El Ideal, eterno pensamiento invencible, ese dios que se agita en la camal arcilla, subira, subira, y ardera en su cabeza!
Y, cuando lo sorprendas mirando el horizonte, libre de viejos yugos que desprecia sin miedos, vendras a concederle la santa Redencion 91 Esplendida, radiante, del seno de los mares naceras, derramando por el vasto Universo el Amor inIinito en su inIinita risa: el Mundo vibrara como una lira inmensa en el temblor sin limites de un beso repetido.
El Mundo esta sediento de Amor: aplacalo. Libre, el hombre levanta, altiva, su cabeza! Y, raudo, el rayo pristino de la primer belleza da vida al dios que late en el altar de carne! Dichoso en su presente, palido en su recuerdo, el hombre quiere ahondar, y saber. La Razon, tanto tiempo oprimida en sus maquinaciones, salta de su cerebro! Ella sabra el Porque! Que brinque libre y agil: y el Hombre tendra Fe! Por que es mudo el azur 92 e insondable el espacio? El tema del silencio de Dios podra, en consecuencia, ser metaIori- Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 36 Por que los astros de oro que hierven como arena?
Si subieramos mas y mas, alla arriba que habria? Existe algun Pastor de este inmenso ganado de mundos trashumantes por el horrible espacio? Y estos mundos que el eter abraza inmensamente vibran, acaso, al son de una llamada eterna? El Hombre puede ver? La voz del pensamiento va mas alla del sueo?
Si en el nacer es raudo, si su vida es tan corta de donde viene el Hombre? No podemos saberlo! Estamos agobiados por un oscuro manto de ignorancia y quimeras! Farsas de hombre, caidos de las vulvas maternas, nuestra razon, tan palida, nos vela el inIinito!
Si queremos mirar, la Duda nos castiga! La duda, triste pajaro, nos hiere con sus alas! Y en una huida eterna huyen los horizontes! Ancho se entreabre el cielo! Los misterios han muerto ante el Hombre, de pie, que se cruza de brazos, Iuerte, en el esplendor de la naturaleza! Si canta Llego la Redencion! Amor, amor, Amor! Presencia y empacho de lecturas del joven escolar; pero, al mismo tiempo, que capacidad para plasmar en presencias tangibles toda una cosmogonia bastante ano- dina y hueca!
Interrogaciones, admiraciones y puntos suspensivos estan expresando aqui la ex- periencia del limite. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud IV Oh esplendor de la came! Ideal esplendor! Renadio de amores, amanecer triunIal, cuando, a sus pies tendidos los Dioses y los Heroes 96 , Calipigia la blanca 97 y el Eros diminuto rozaran, coronados por la nieve de rosas, la mujer y la Ilor que adorna su pisada!
Grandiosa Ariadna 98 , que derramas tu llanto por las playas, al ver huir en lejania, blanca en la luz solar, la vela de Teseo En su carro de oro orlado de uvas negras, por los campos de Frigia, Lisios pasa; lo llevan, panteras de piel roja y tigres lujuriosos y dora,.
Zeus, Toro, en su nuca, acuna como a nia 95 Rimbaud suprimio estos ultimos 36 versos en la entrega de sus primeros poemas a Demeny.
Formaban parte, sin embargo, del envio de este poema a Th. Depuracion de un poema largo en exceso? Salvo algunas pinceladas, estos versos no son sino repeticiones o desa- rrollos de ideas que preceden y siguen. Estamos ante la descripcion de unos Irisos en bajorrelieve por los que desIilan, prisioneras del marmol pero liberadas por un sutil movi- miento de paso de danza, las Iiguras mas granadas del Olimpo.
Debemos ser, sin embargo, sen- sibles al rico cromatismo de estas representaciones plasticas; cromatismo que es una constante de la obra rimbaldiana. Por encima de El Parnaso Leconte de Lisle, sobre todo , Rimbaud, en este Iinal del poema, va al encuentro de la poesia plastica, deIendida por Musset en su Noche de Mavo v practicada por Andre Chenier , a lo largo de toda su obra, incluido el em- pleo de los nombres propios, engastados en el texto no solo por su valor semantico y mitico, si- no como joyas de sonoridad exotica; tecnica muy habitual, tambien en Mallarme.
Conservamos el orden de las palabras del texto Irances. En una primera version, Rimbaud habia dicho La blanche Kallipyge; este modo de reIerirse a la diosa, ademas de ser mas topico, recordaba demasiado un verso emblematico en la poesia Irancesa, de A. Teseo la abandonara, luego, al borde del mar, para irse con la hermana, Fe- dra; abandono este que recoge la escultura antigua a la que sin duda hace alusion el caliIicativo grande vease el ejemplar conservado en el Museo del Prado.
Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 38 Europa 99 desnuda que enlaza con su blanco brazo el cuello nervioso del Dios estremecido que la mira, despacio, de soslayo, en el agua.
Y dejando que, palida, su cara en Ilor resbale por la Irente de Zeus, muere y cierra los ojos en el beso del Dios; y el agua que murmulla con su espuma dorada Ilorece sus cabellos. Entre la adelIa rosa y el loto charlatan se desliza, en amor, el gran Cisne que suea y su ala blanca abraza la blancura de Leda ; Y, mientras, Cipris pasa, enormemente hermosa, cimbreando la curva rotunda de su grupa, desplegando orgullosa el oro de sus pechos y su vientre nevoso que un negro musgo orla; Heracles , Domador, que en su gloria se cubre el cuerpo Iuerte y vasto con la piel de un leon, a lo lejos avanza, con Irente dulce y Iiera.
Rozada por la luna de estio, levemente, de pie, desnuda, suea en su palor dorado que tie la ola densa de un pelo azul y largo, en el calvero oscuro donde el musgo se estrella, la Driade que mira el cielo silencioso Y la blanca Selene deja Ilotar su velo, temerosa, a los pies del hermoso Endimion, y su beso resbala por un palido rayo Ob- servemos que, ni en Chenier ni en los otros poetas recreados, la descripcion tiene el valor cro- matico que tiene aqui.
Gautier a Mallarme. Rimbaud sigue la costumbre de sus maestros parnasianos y de Chenier y da a los dioses sus nombres griegos y cierta ortograIia helenizante. Es la ninIa que suea, apoyada en el anIora, en el bello doncel blanco, en sus aguas preso.
Una brisa de amor transita por la noche, y en el bosque sagrado, en sus horribles Irondas, de pie, majestuosos, los Marmoles oscuros, los Dioses coronados por nidos de Pinzon, escuchan a los Hombres y a todo el Universo. Hace ya miles de aos que la palida OIelia pasa, Iantasma blanco por el gran rio negro; mas de mil aos ya que su suave locura murmura su tonada en el aire nocturno.
Es este el signiIicado ultimo del poema? Uno esta tentado de pensarlo, cuando ve como estos dioses, ademas de estatuas, no son sino receptaculos del canto, los Pinzones. MetaIoras Iinales del sueo humano hecho arte y tes- tigos mudos de la actividad del Cosmos y del Hombre, no es esa la Iuncion ultima de los dio- ses? En Irances, hallalis y lvs no riman; ello nos indica, ya cierta despreocupacion de Rimbaud por las perIecciones Iormales. Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 40 El viento, cual corola, sus senos acaricia y despliega, acunado, su velamen azul; los sauces temblorosos lloran contra sus hombros y por su Irente en sueos, la espadaa se pliega.
Los rizados nenuIares suspiran a su lado, mientra ella despierta, en el dormido aliso, un nido del que surge un minimo temblor II Oh tristisima OIelia, bella como la nieve, muerta cuando eras nia, llevada por el rio!
Y es que los Irios vientos que caen de Noruega te habian susurrado la adusta libertad. Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena, en tu mente traspuesta metio voces extraas; y es que tu corazon escuchaba el lamento de la Naturaleza son de arboles y noches.
Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo rompio tu corazon manso y tierno de nia; y es que un dia de abril, un bello inIante palido, un loco miserioso, a tus pies se sento. Cielo, Amor, Libertad: que sueo, oh pobre Loca!
Te Iundias en el como nieve en el Iuego; tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra. Y el terrible InIinito espanto tu ojo azul Millais , como sugieren algunos criticos? Infante no se reIiere, pues, a la condicion de nio, sino a la condicion de principe que tiene Hamlet. El valor simbolico clasico de OIelia queda subvertido: como veremos, es una hija mas de la problematica muerte de Dios, que esta condena a sus visiones.
Pero, lo que aqui nos Librodot Poesias completas Arthur Rimbaud 41 III Y el poeta nos dice que en la noche estrellada vienes a recoger las Ilores que cortaste , y que ha visto en el agua, recostada en sus velos, a la candida OIelia Ilotar, como un gran lis El suplicio es seguro.
El Alba es lastimosa. I, escupida sangre, risa de ira en labio bello, en labio ebrio de penitencia; U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares, paz de pastos sembrados de animales, de surcos que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian. Si hay un final para todo, quiero morir recordando tu rostro, Para que cuando mi ciclo culmine, ya no exista nadie que mi amor reanime. Espero encontrarte en otra vida para amarte como realmente toca. Enviado por killer. Toggle sidebar Yavendras. Autor del poema: Arthur Rimbaud.
Desde el 1 hasta el 10 de un total de 16 Poemas de Arthur Rimbaud. Remember me on this computer. Enter the email address you signed up with and we'll email you a reset link. Need an account? Click here to sign up. Download Free PDF. Pilar Mora. A short summary of this paper. El que sean ejercicios de clase ha llevado a los editores de la obra de Rimbaud a no tenerlos en cuenta en muchas ocasiones.
Creemos que es un error. Las traducciones francesas diluyen la sin- taxis latina de Rimbaud: concisa y apretada en su juego de inversiones. Una luz restallante de blancura, en tomo a mis hombros, me viste todo el cuerpo con sus rayos purisimos: luz en nada parecida a la penumbrosa luz que, mezclada con sombras, oscurece nuestras miradas. Su boca se entreabre, sonriente, y parece que sus labios entornados invocan a Dios. Una Divinidad rompe los lazos que te atan a la vida.
Vuela, coge y zarandea los miembros temblorosos y los esparce por el suelo: aplasta con la rodilla el cuello que cruje y aprieta con un nudo vigoroso la garganta palpitante, hasta que exhala estertores. Y entonces, Alcides, arrogante, mientras aplasta al monstruo, le arranca de la fren- te ensangrentada un cuerno —prueba de su victoria.
El modelo es, pues, muy superior al que precede. Muchos pueblos no quisieron rechazar el yugo fatal; y los que cogieron las armas derramaban su sangre a porfia, pero sin resultados para la libertad de su patria. Toda ella estaba levantada en armas Mas, la perfidia de Bocchio Comprendemos que los franceses quieran mitificar Francia y sus bondades colonizadoras, pero El nuevo Yugurta ha sido vencido Ahora nace una era mejor Acepta la alianza de un pueblo generoso Estas fechas coinciden con la presencia del padre del poeta en la nueva colonia.
El adjetivo clair forma parte esencial en su imaginario, cuando se trata de expresar su experiencia de lo positivo. Su cara expresa una seriedad mezclada de belleza; y la fuerza nace en sus brazos. Breton y L. Hoy no existen dudas al respecto. He cogido mi lira y he cantado. Lo he titulado: La brisa. Escuchan, a lo lejos, algo como un murmullo Muchas veces, miraban la puerta parda y negra Canta en la chimenea alegremente el fuego Manus- crito que siguen habitualmente los editores del poeta para los poemas de Y en el suelo, trepidaban, de gusto, sus pies, tan parvos.
Caballero, dos palabras Hugo y G. El pueblo ya no es una puta. Se paraban ante nuestros harapos. Hugo y en Michelet. El verbo tailler, por su lado, significa cortar. El tailleures el que corta los trajes. Tengo tres hijos. Hugo con Los Miserables. Tengo el fusil colgado sobre la chimenea Que soy chusma; vale. La fragua es el crisol de la inteligencia y la ciencia modernas. Entonces, con su mano, coronada de mugre81, aunque el panzudo rey sudaba, el Herrero, terrible, el gorro rojo, a la cara le arroja.
Todo crece, pujante. El paganismo se presenta, enton- ces, con su esencia primaria y naturalista, como el reducto del vigor y de una pureza no mancillada por la mansedumbre. En su carro de oro orlado de uvas negras, por los campos de Frigia, Lisios pasa; lo llevan, panteras de piel roja y tigres lujuriosos y dora,.
Salvo algunas pinceladas, estos versos no son sino re- peticiones o desarrollos de ideas que preceden y siguen. Hugo y El Azur, de S. No es necesario pensar en V. Hugo para justificar la presencia de los cuervos, como piensa S. Villon, en el Gran Testamento: «Car la danse vient de la panse» Pues la danza nace en la panza.
El espinazo, rojo, y el conjunto presentan un regusto espantoso, y se observa ante todo detalles que es preciso analizar con lupa. Yo no digo ni mu, pero miro la carne de sus cuellos bordados, blancos, por bucles locos y persigo la curva, bajo el justillo leve, de una espalda de diosa, tras el arco del hombro. Pronto, como un lebrel, acecho botas, medias Ellas me encuentran raro y van cuchicheando Observemos, de nuevo, la ex- presividad agreste de la palabra rimbaldiana.
No lo creemos. Los caprichos de los poetas, en sus selecciones como en sus correcciones , son muchas veces gratuitos y obedecen a gustos y disgustos del momento. Divagas; y presientes en los labios un beso que palpita en la boca, como un animalito.
Y como cree que eres inmensamente ingenuo, a la par que sus botas trotan por las aceras, se vuelve, alerta y, con un gesto expresivo En cualquier caso, las aventuras amorosas de Rimbaud, que se conocen por los testimonios directos de sus amigos, son posteriores. Alquilado hasta agosto. Y esa tarde Ella En invierno nos iremos, sobre cojines azules, en un vagoncito rosa.
Su nariz ya no late con el olor del campo; duerme en el sol; su mano sobre el pecho tranquilo; con dos boquetes rojos en el lado derecho. El ritmo del verso, roto por frecuentes encabalgamientos, cuyo valor expresivo es nulo sal- vo, en cualquier caso, Pitou se va vistiendo y, vuelto hacia su Jefe, tanto nombre lo aturde. Un chaco surge como un sol negro La broma final tan apreciada por S.
0コメント